
(El arte es inútil, vuelvan a su casa)
Vautier, Ben, 1935
L´art es inutile 1971, 97x130cm.
Jacques Loussier Play Bach Trio
La atemporalidad del barroco
Si la permanencia de la obra de un artista en este descolorido mundo puede demostrarse por la influencia que deja tras de si y por la posibilidad de nuevas y casi inagotables interpretaciones de su obra J.S. Bach es eterno. Es lo que parece demostrarnos en el siglo XXI un pianista de nombre Jacques Loussier.
Jacques Loussier ha sido uno de los “músicos inclasificables” del sigo XX. Compositor y pianista, empezó a ganar fama con su Play Bach Trio. En este trío de jazz, con él al piano más un baterista y un contrabajista que cambiaban eventualmente, empezó a explorar los arreglos jazzísticos de trabajos de J.S. Bach a las que luego dedicaría la mayor parte de su carrera. En su trío se encuentra uno de los mayores ejemplos de astucia y creatividad para interpretar a Bach, combinada sus los impecables buen gusto y respeto que le valieron la atención de músicos y melómanos alrededor del mundo, incluso de los puristas de la música clásica (que suelen ser bastante difíciles).
Para muestra el Passacaglia contenido en uno de sus primeros discos. Sobre el tema melódico original de bajo de un passacaglia barroco, cuyos ritmos son binarios y sencillos, Loussier crea ritmos sincopados e invenciones melódicas originalísimas. Después se da además el lujo de improvisar apoyado por la solidez de su sección rítmica de contrabajo y batería. El escucha simplemente se queda fascinado por esa explosión de creatividad sobre música escrita hace ya unos trescientos años.
Loussier ademas ha abordado los monumentales nocturnos de Chopin y el año pasado, con motivo de la celebración Mozart en todo el mundo, grabó con el trío los conciertos para piano 20 en Re menor y 23 en La mayor en los que el trío por primera vez es acompañado por una orquesta de cuerdas. Vale la pena escucharlo.
Brother, Can You Spare A Dime?
They used to tell me I was building a dream
And so I followed the mob
When there was earth to plow, or guns to bear
I was always there, right there on the job
They used to tell me I was building a dream
With peace and glory ahead
Why should I be standing in line
Just waiting for bread
Once I built a railroad, I made it run
I made it run against time
Once I built a railroad, and now it’s done
Buddy can you spare a dime
Once I built a tower way up to the sun
With bricks and mortar and lime
Once I built a railroad, and now it’s done
Brother can you spare a dime
Once in khaki suits, gee we looked swell
Full of that Yankee Doodly Dum
Half a million boots went slogging through hell
I was the kid with the drum
Oh say, don’t you remember
You called me Al
It was Al all the time
Say, don’t you remember I was your pal
Buddy, can you spare a dime
Say, don’t you remember
You called me Al
It was Al all the time
Say, don’t you remember I was your pal
Buddy, can you spare a dime
Buddy, can you spare a dime
Cover del buen Tom Waits a una canción americana de los 30´s originalmente escrita por Edgar “Yip” Harburg. Harburg fue de las víctimas de la gran depresión americana.
De esas rolas que es difícil sacarte de la cabeza. Es ya muy lejana pero sigue vigente. Cualquier día puedes perderlo todo.
Entre músicos surgen individuos con cualidades excepcionales de cuando en cuando. A veces algún instrumentista se distingue por su virtuosismo para ejecutar, algún otro por su sonido y claridad de tono o como improvisador, acompañante, etc. Pero diferente es cuando las cualidades que distinguen a un músico son más difíciles de describir. Tal es el caso de Chet Baker, trompetista de Jazz.
Escuchar la música de Chet Baker es meterse a terrenos extraños donde no sabe uno que esperar. Aunque era capaz también de los desplantes de virtuosismo habituales entre sus contemporáneos, su forma de tocar y su sonido lo hicieron especialmente aficionado a las piezas lentas donde podía sacar a relucir su forma de improvisar cadenciosa, sencilla hasta el punto en que uno puede decir que la melodía va desnuda, a veces lánguida, en fin, completamente distintiva. A pesar de su aparente sencillez, nadie podía tocar la trompeta como Chet Baker. Factor importante en este estilo era que a Chet le gustaba tocar “de oído”, escuchando la guía en los cambios de acordes de la pieza y dejándose llevar. Lo que incluso provocó que hubiera quien dijera que no sabía música, que sólo sabía tocar de oído (comentario completamente fuera de lugar para alguien que compartió el escenario con Gerry Mulligan, entre otros figurones). Baker además hizo fama de cantante. Sus interpretaciones de jazzes románticos como “My Funny Valentine” ó “It´s always you” como aparecen en el disco “Chet Baker sings” Pacific 1954fueron las que lo mandaron a la fama e hicieron que se le conociera como el niño bonito del cool jazz de los 50´s. Quien sabe si a él le haya gustado ser más conocido por esto que por su habilidad para el bebop en la trompeta y sus toquines con Mulligan o Russ Freeman.
Como otros tantos jazzistas la vida de Baker estuvo envuelta en escándalos y drogas. Para finales de los 50´s era adicto a la heroína y había sido arrestado varias veces. Para los 60´s dejó de tocar por cuestiones de salud personal (además de todas las consecuencias habituales de sus adicciones perdió los dientes). En los 70´s Baker empezó a tocar con dentaduras postizas y para el 74 grababa y daba conciertos regularmente. A pesar de los efectos del Alcohol, drogas, y los dientes falsos, el estilo de Baker evolucionó en esos años para dar lugar a algunos de los mejores momentos de su carrera.
Tristemente Chet Baker encontró su final en una de esas muertes extrañas y sin sentido el 13 de mayo de 1988 en Amsterdam, al caer desde la ventana del cuarto de hotel en que se hospedaba para golpear el suelo, tres pisos abajo